top of page
Libros de Adriana Piterbarg
Puntos de partida
Prólogo:
Adriana Piterbarg mencionaba en un artículo suyo que Moreno dijo en una ocasión que la mejor forma de difundir una idea es darla. Si es buena, va a prender, será utilizada por muchos, un número cada vez mayor de gente la entenderá, y así se hará productiva. Este libro se encarga de demostrarlo. Un buen punto.
Quizá una característica que nos distingue a los psicodramatistas de los colegas que utilizan únicamente la comunicación verbal, es que todo lo que hacemos está siempre a la vista: se habla y se dramatiza al mismo tiempo, se narra y se representa. En nuestros Congresos, talleres, jornadas, a la menor provocación armamos una escena, y conversamos en acción.
Y entonces sucede con las técnicas que, como buenas obras de arte, se escapan de las manos del artista y pasan a ser propiedad colectiva. Se pierde el sentido de la propiedad privada, y después no sabemos dónde ni cuando se nos ocurrió algo nuevo, o si estamos reinventado algo que alguna vez vimos hacer a otro. Y no siempre es fácil dar el crédito al autor, con lo que estamos en riesgo permanente de plagiarnos los unos a los otros y multiplicarlo, para felicidad de Moreno. Y para enriquecimiento del campo psicodramático.
Al leer este libro muchas de las técnicas nos producen recuerdos, resonancias varias, a veces creemos que sabemos quien fue el primero, otras nos asalta la tentación de decir “esta técnica es mía, la inventé en… te acordás, Adriana?” y entramos en duda, lo vemos a Moreno riéndose de nosotros, y disfrutamos de la recreación, y del hecho de que alguien se tomó el trabajo, nada fácil por cierto, de recopilar estos recursos, de aquí, de allá, de todas partes. Y los propios, los inventados por Adriana Piterbarg, con sus inevitables y contagiosas ganas de jugar.
Cuando leo que alguien escribe “este libro no pretende ser un manual…” me invade una sensación de alarma.
bottom of page