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Libros de Adriana Piterbarg

Grupalismo

DESDE EL CUERPO DEL ALMA

Un abordaje terapéutico grupal para el

universo psicosomático

 

La historia personal late en el cuerpo. desparramándose en todo el territorio que habitamos, que somos. Como en un espejo se reflejan allí los distintos "estares" del alma. Algunos bloqueos o desórdenes afectivos adquieren la forma de alteración somática, así como los acontecimientos corporales -placeres y displaceres- traen su almagamado correlato emotivo y actitudinal. No escuchamos con los oídos sino con todo el cuerpo, mostrando con nuestro accionar corporal pinceladas del universo interno. El síntoma, la somatización o la alteración de las conductas fisiológicas, significan y expresan un conflicto. Si somos capaces de seguir el camino de la dolencia o enfermedad también podremos entender a la enfermedad como un camino.Nuestro mundo occidental, tan acostumbrado a parcelar y dividir las cosas, ha creado una especialidad para cada trastorno conductual, psicológico, funcional u orgánico, pero siendo los padecimientos psicosomáticos tan indefinidos y complejos cabe preguntarse: ¿Cuál es la especialidad de la especialidad de la especialidad? En la era mediática de la fast food, del zapping, de la comunicación global e inmediata, resulta coherente la búsqueda de una fast cure, curarse rápida y mediáticamente. Recurrir a una intervención quirúrgica, por ejemplo para una lipoaspiración o la extirpación de un quiste, tiene un cierto parecido: si la persona no modifica sus hábitos y estilos vinculares, asi como los kilos volverán a enamorarse del cuerpo, los quistes renacerán cual ave fenix. El trabajo terapéutico grupal con el empleo de técnicas psicodramáticas no se basa en una fast cure, sino en promover un tiempo para demorarse en el encuentro con el equilibrio psicofísico fortaleciendo los mecanismos de autorregulación. Cada integrante respetando su tiempo, su ritmo, y sus diferentes necesidades podrá sentarse a "tomar un café" con su síntoma: Dialogar en vez de tapar, , comprender en vez de enojar-se, despedirse en vez de extirpar. Jugar a las "des-escondidas" con el síntoma, preguntarse ¿quién es quién?, sacarle al trastorno corporal la máscara del malo de la película - considerando que en algún momento fue de suma utilidad - para mirarlo como una construcción propia que en algo se nos parece...Lic. Adriana Pitarbarg

 

 

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